Bien dicen que la actitud lo es todo… Y más cuando se trata del mundo laboral.
Para que una empresa funcione correctamente es necesario trabajar en equipo. Y es que si lo pensamos, una organización está compuesta de diferente engranes, y si éstos empiezan a fallar, puede afectar el fin último.
Por eso es muy importante tener siempre una buena actitud para con los demás, aun cuando se trata de otra área. Pero primero lo primero…
¿Qué es la actitud?
Es una posición que se adopta frente a una situación determinada. Es la forma característica en la que un individuo responde ante dicha situación. Cabe aclarar, que la actitud dura largo tiempo y existe incluso cuando todas las necesidades están satisfechas. Por eso es de suma importancia identificar las malas actitudes en el ámbito laboral y cambiarlas por buenas.

¿Qué actitudes impiden un buen ambiente laboral?
- Excusas: “Eso no me tocaba a mí”.
- Miedos: “No soy los suficientemente bueno para aplicar para ese puesto”.
- Falsas creencias: “Así siempre ha sido el proceso y nunca va a cambiar”.
- Justificaciones: “No fue mi culpa, nadie me compartió esa información”.

¿Qué actitudes propician un buen ambiente laboral?
- Empatía: “A mí me pasó eso una vez, te enseño cómo resolverlo”.
- Respeto: “Esperaré a que termines de comer para ver un tema”.
- Honestidad: “Me tocó más tráfico porque salí tarde”.
- Flexibilidad: “Puedo permitir que entregues esto mañana para que puedas llegar a tu cita con el doctor”.

Es cierto que las situaciones desfavorables que surgen en un día normal de trabajo son inevitables. Pero lo que sí podemos controlar es nuestra actitud ante estos problemas.
Recuerda que las malas actitudes entorpecen el flujo de trabajo. Si todos los colaboradores de una compañía adoptan buenas actitudes ante los problemas, estos se resolverán más rápido y de manera óptima.
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